lunes, 17 de marzo de 2014

Análisis exprés sobre Ucrania

¡Lío, lío! Sabemos que es mucho más fácil destruir que construir, desordenar que ordenar.

En el solitario ordenamos laboriosamente la baraja. Para desordenarla basta barajar de nuevo. Es una simple cuestión de entropía y neguentropía. Del wikiartículo enlazado destaco:
Para compensar el proceso de degradación sistémica a lo largo del tiempo, algunos sistemas abiertos consiguen compensar su entropía natural con aportaciones de subsistemas con los que se relacionan. Si en un sistema cerrado el proceso entrópico no puede detenerse por sí solo, en un sistema abierto, la neguentropía sería una resistencia sustentada en subsistemas vinculados que reequilibran el sistema entrópico.
Ni más ni menos que un proceso alimenticio.

Al sistema dominante que se aprovecha de subsistemas externos vinculados no le importa mucho el resultado de su acción sobre ellos. Pero hay más: cuando varios sistemas pugnan por un predominio pueden optar por desordenar el campo de acción del otro. Al desorden inevitable se suma entonces el desorden intencionado. Struggle for life...

Varios son los sistemas en pugna que corresponden a las componentes que cita Pogrebinski. Las cinco primeras entran en el desorden inevitable. La última parece entrar de lleno en el muy habitual desorden intencionado.

Nos convendrá escarmentar en cabeza ajena a los que somos piezas del juego.



Entrevista con el politólogo ucraniano Mijaíl Pogrebinski

La Vanguardia


(...)
Efectivamente los sucesos de Ucrania tienen varios componentes. 
  • El primero, el componente geopolítico: la confrontación entre Estados Unidos, Rusia y la Unión Europea, con participación de China, por la influencia en el espacio postsoviético. 
  • El segundo, el componente oligárquico: la lucha del gran capital contra la ampliación de los poderes presidenciales de Viktor Yanukovich. 
  • El tercero, el componente regional: la aparición espontánea de la protesta social, en especial de parte de la población de las regiones económicamente débiles del Oeste y el centro del país. 
  • En cuarto lugar, el intento del espectro nacionalista ucraniano (los grupos ultraderechistas) por realizar una “revolución nacional” que con el apoyo de las regiones del Oeste y de Estados Unidos imponga al Sur y al Este de Ucrania su gobierno, su lengua, sus héroes y su interpretación de la historia en un espíritu fuertemente antirruso. 
  • En quinto lugar, el componente liberal: el intento de las capas medias por reducir el poder del gran capital y la gran burocracia con los eslóganes de la integración europea, hacer saltar el régimen de “democracia dirigida” y declarar su emancipación política. 
  • En sexto lugar, el derribo de los regímenes incómodos para Occidente mediante la exportación  de “revoluciones coloreadas” utilizando el instrumentarlo acumulado en las experiencias con los países del tercer mundo y en el espacio postsoviético, creando un “caos dirigido” mediante la canalización  de las energías revolucionarias de los liberales “pequeño burgueses” de clase media y de los radicales políticos en una protesta política prolongada y sostenida… 
Todos esos elementos son importantes y no es posible definir uno decisivo, ya que en las diferentes etapas del proceso unos han tomado la prioridad relevando a otros.
(...)

Y otro artículo, en el mismo sentido, con aviso a navegantes:

Ucrania como ejemplo de la diferencia entre ser jugador y ser pieza

No hay comentarios:

Publicar un comentario