sábado, 15 de febrero de 2014

«Es inútil y absurdo creer que existe un espíritu y un carácter nacional»

Encuentro esta entrevista a José Álvarez Junco en el suplemento Fugas de La Voz de Galicia del pasado 7 de febrero. En plena efervescencia del choque de nacionalismos que nos solivianta, me ha parecido una buena ocasión ofreceros estas interesantes puntualizaciones del profesor que ahora se jubila. 

De chiquillo, Manuel Tuñón de Lara le dedicó así un libro: “A Pepe Álvarez Junco, el más heterodoxo de nuestros historiadores, y por tanto el mejor”.

Por mi parte, y puestos a dedicar, dedicaré mi comentario a otro historiador, casualmente casi del mismo nombre, José Álvarez Castro, también recientemente jubilado (como yo mismo). Acaba de publicar un libro ("Pontevedra nos anos do medo. Golpe militar e represión (1936-1939)". Ed. Xerais 2013), muy revelador de algunos de los modos bárbaros que en España han contribuido a la Formación del Espíritu Nacional, ese constructo que tan bien conocemos los que acabamos de jubilarnos.

Álvarez Junco publicó recientemente “Las Historias de España”, un estudio sobre libros de historia, ideas y creencias: sobre “la evolución de las visiones del pasado en relación con este territorio y grupo humano conocidos hoy como españoles”, según sus propias palabras.

Hace ya más tiempo (¡caramba, ocho años!), con ocasión del fallido nou Estatut de Catalunya, asistimos a una controversia algo agria, Elorza vs. Álvarez Junco, o cómo ven dos catedráticos la nación española, que cito aquí únicamente para mostrar los peligros de "largarse opinando", porque cuestiones que tocan a los sentimientos, aunque sean patrios, son difíciles de abordar sin producir sarpullidos.

Y ya que salen a la palestra Antonio Elorza, el nacionalismo granespañol y los nacionalismos periféricos, este recién publicado escrito de Vicenç Navarro: El nacionalismo asfixiante de Antonio Elorza y otros nacionalistas españolistas, lo dejo a vuestra consideración.

En todo caso, los razonamientos de Álvarez Junco me parecen muy puestos en razón, desde mi visión materialista y dialéctica de la historia, porque entiendo que efectivamente las naciones se construyen (y se destruyen), aunque no sean construcciones tan inestables como lo puedan ser los estados. 

Entendiendo críticamente que, mientras haya desequilibrios y relaciones de dominio, así como las naciones tienen vocación de estado, los estados tienden a crear naciones.

Por algo soy partidario de un estado plurinacional, sin importarme si en sí mismo es o no una nación.

Dejo sin más que se exprese el provesor Álvarez Junco:







José Álvarez Junco, historiador


«Es inútil y absurdo creer que existe un espíritu y un carácter nacional»



Acaba de jubilarse como catedrático de Historia del Pensamiento y los Movimientos Sociales en la Universidad Complutense. José Álvarez Junco (Viella. 1942) es uno de los grandes intelectuales e historiadores españoles, pese a que no estudió esa carrera. Premio Nacional de Ensayo por «Mater Dolorosa», sobre la idea de España en el siglo XIX, una obra imprescindible para conocer nuestras raíces.

Enrique Clemente

José Álvarez Junco ha hecho aportaciones relevantes y en algunos casos fundamentales en temas claves como el anarquismo, el movimiento obrero y, sobre todo, la construcción de la identidad nacional. Fue director del Centro de Estudios Constitucionales (2004-2008). Con motivo de su jubilación, sus discípulos le han dedicado un homenaje en forma de libro, Pueblo y nación (Taurus). Ha coordinado y escrito buena parte de La Historia de España. Visiones del pasado y construcción de identidad (Crítica), considerado uno de los mejores libros de historia del año pasado. Explica que seguirá dando conferencias y escribiendo, pero «sobre todo tendré más tiempo para leer».

̶̶ En su libro muestra que no hay respuestas sencillas para explicar los problemas históricos.

̶̶  Los conflictos históricos, y no digamos los colectivos, como los casos vasco y catalán, no se resuelven fácilmente diciendo: hay una causa y hay unos malos y unos buenos. Es mucho más complejo. Pero los problemas históricos tendemos a resolverlos de manera sencilla. Sin embargo, si te acercas siempre llegas a la conclusión de que es bastante complicado.

̶̶  ¿El nacionalismo es siempre negativo?

̶̶  No, el nacionalismo en el sentido de identificación con los rasgos culturales de un grupo humano del cual te sientes parte en principio no tiene por qué ser negativo. Las sociedades necesitan identidad.

̶̶  ¿Cuándo se convierte en peligroso?

̶̶  En el momento en que nos pasamos de dosis e intentamos convertirlo en algo exclusivista. El nacionalismo ha sido una forma de dar legitimidad a la autoridad política una vez que cae en picado la religión y el derecho divino y hereditario de los monarcas con las revoluciones liberales. La legitimidad pasa a ser que nosotros, el pueblo, conferimos la autoridad. Entonces hay que definir quiénes somos nosotros. Y se empiezan a elaborar historias de España.

̶̶  En algunos casos con efectos perniciosos.

̶̶ Por ejemplo, se dice que los romanos fueron malísimos, una invasión extranjera, aunque nos dieron cinco siglos de paz, construyeron todas las carreteras importantes, todas las ciudades españolas, nos insertaron en una red de comercio internacional, nos dieron una moneda estable, nos enseñaron el derecho. Y se dice qué bueno fue Viriato, que luchó contra los romanos. Mire usted, deje de construir la historia alrededor de un eje llamado España. Porque estamos hechos de influencias exteriores, que nos enriquecen, y nuestra lengua, el español que hablamos, no es más que latín evolucionado. Yo básicamente me puedo definir como antinacionalista. Del nacionalismo extremo y excluyente, pero no sólo de ese. Viajo fuera todo lo que puedo y me lo paso muy bien aprendiendo cómo funcionan otras sociedades.

̶̶  ¿El nacionalismo se cura viajando?

̶̶  Es una boutade, pero algo de razón tiene.

̶̶  Mariano Rajoy repite que España es la nación más antigua de Europa. ¿Es así?

̶̶  Me parece muy difícil de defender. ¿Cuándo surge una nación y a qué llamamos nación? Como una unidad política, como reino, España no existe como mínimo hasta los Reyes Católicos. Yo creo que en ese momento tampoco se puede hablar de nación. Los Reyes Católicos no lograron la unidad nacional, acumularon la mayor cantidad de territorios posibles, como cualquier rey. Es mas, Fernando el Católico, una vez muerta Isabel, para acumular un territorio más, Navarra, se casa con una aspirante al trono navarro y pacta con ella la división de sus reinos. No tenía ninguna idea de unidad nacional.

̶̶  ¿Cuándo se puede hablar entonces de nación?

̶̶  Se puede afirmar ya de manera tajante y en el sentido moderno del término que con las Cortes de Cádiz, cuando declaran que el territorio español y el reino de España pertenece a los españoles y estos son soberanos. Esa es una formulación nacional.

̶̶ Eric Hobsbawm decía que las naciones son artefactos culturales inventados.

̶̶  En cierto sentido sí. No todo es invención, pero hay cosas que sí. No se puede inventar una realidad cultural de la que nadie ha oído hablar, como hizo Umberto Bossi inventándose la Padania. No te puedes inventar todo. Cataluña es un buen ejemplo de que no se inventan todo.  Claro que hay una identidad cultural catalana que viene de la Edad Media y ha persistido a lo largo de los siglos alrededor de una cosa fundamental, que es la lengua. Pero que los nacionalistas catalanes, más bien núcleos barceloneses, que están intentando construir un nuevo núcleo de poder, se inventan cosas, naturalmente que sí, Decir que en 1714 se enfrenta España contra Cataluña es un invento.

̶̶  Al hablar de nacionalismo casi siempre se refiere al catalán y el vasco. ¿Hay un nacionalismo español?

̶̶  Claro. Cuando el PP dice que es contrario a los nacionalismos y, sin embargo, que hay que reforzar la nación española significa que es contrario a ciertos nacionalismos. También existe un nacionalismo español excluyente, unitario, monocultural, que borraría del mapa el catalán si pudiera, que es lo que harían muchos nacionalistas españoles, que es muy negativo.

̶̶  Usted critica el esencialismo, niega que haya un espíritu o un carácter nacional.

̶̶  La gente tiende a creer que esas cosas existen, pero no hay algo más absurdo e inútil que creer que existe un carácter y un espíritu nacional y por eso ocurren las cosas. ¿Por qué se pelean tanto los españoles, diría un británico en 1937 tomando el té en su club de Londres? Es que los españoles son muy violentos. ¿Y cómo se demuestra? Porque han tenido muchas guerras. ¿Y por qué han tenido muchas guerras? Porque son muy violentos. Es un argumento circular absurdo. Y cuando a la muerte de Franco resulta que no hay una guerra civil, se deja de decir que los españoles son muy violentos y se hace una transición bastante pacífica y ejemplar, se derrumba esa teoría borrándola del mapa.

̶̶  ¿Cómo funcionan los mitos del nacionalismo?

̶̶  Hay un esquema mítico: paraíso, caída y redención. Un conjunto de mitos que funcionan apoyándose unos a otros, que consiste en creer que hubo una edad pasada gloriosa y feliz, una edad de oro, cuando nosotros éramos libres y felices, porque nuestro pueblo es tan bueno y nuestra tierra es tan bella que cuando nos dejan solos todo va bien. Luego en el esquema hay una caída, salimos de ese paraíso terrenal, en el caso de los nacionalismos siempre porque vinieron unos extranjeros y nos dominaron. Los liberales del siglo XIX decían que porque llegó una dinastía extranjera, los Habsburgo, e impusieron el absolutismo, que es contrario a la forma de ser de los españoles, que somos muy liberales. Para los católicos conservadores España fue grande y gloriosa cuando defendió el catolicismo con los Habsburgo, los Reyes Católicos, Felipe II, Carlos V y cayó cuando abandonó esos ideales y empezó a imitar modelos extranjerizantes y la redención llegará cuando el general Franco se subleve y restablezca la unidad. Los catalanes siguen ese esquema mítico también, idealizando el período anterior a 1714, lo que es completamente falso, porque fue una época de decadencia económica y cultural en Cataluña. O la idealización de la Galicia de los celtas, que acabó muriendo frente a la dominación romana resistiéndose en el monte Medulio, donde hasta el último hombre, como dicen Vicetto y otros historiadores del XIX, resistieron y, abrumados por la superioridad de los romanos hicieron una hoguera en el centro del pueblo, se quemaron y cuando entró el invasor solo encontró cadáveres. Un mito absoluto, como el de Masada entre los judíos o el de Numancia entre los españoles.

̶̶  ¿Existe la verdad histórica?

̶̶  Va evolucionando y cada generación tiene que reformular el pasado. Pero hoy día tenemos tal cantidad de información sobre los acontecimientos de los últimos 200 años que hay hechos que no se pueden negar. El que diga, por ejemplo, que Hitler no mató a millones de judíos es un falsario.

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