lunes, 6 de enero de 2014

Repensar a Marx y "El Capital"


Nestor Kohan comenta aquí una síntesis de las principales hipótesis y tesis del libro «Nuestro Marx - Fetichismo y poder en el pensamiento de Karl Marx»

El libro, de gran interes, ha sido publicado en España por la editorial LA OVEJA ROJA.

Tras las presentaciones y cortesías de rigor, a partir del minuto 14 comienza la parte de la entrevista de mayor interés, y quiero esquematizar algunos de los argumentos desarrollados en la charla:
  • Toda perspectiva tiene un punto de vista. No hay análisis filosófico o científico, y menos en las ciencias sociales, desprovisto de ideología, separable del contexto de una época, una sociedad y una trayectoria personal, con independencia de la consciencia que se tenga de este hecho. Se parte siempre de parte de presupuestos básicos subyacentes, presentes en la mirada del orden social, impregnada de esa marca de contexto: histórico, político e ideológico.
  • Una forma de enfrenar este problema es negarlo, ocultarlo, fingiendo que se adopta un punto de vista "objetivo" y "neutral". Otra más realista es explicitar el criterio, y afrontar el posible debate. 
  • También es así en el pensamiento marxista. Por eso es pertinente la pregunta: ¿desde dónde leemos El Capital? En este caso, desde América Latina, desde el tercer mundo, desde el mundo periférico y dependiente. Ha habido otras lecturas impregnadas de eurocentrismo, y frente a ellas se debe recuperar la reflexión crítica y radical de la teoría marxista de la dependencia. La conquista de América, en el pensamiento de Marx, es un momento fundante de la formación del sistema capitalista.
  • Apela a un marxismo con historia y con sujeto. Considerando también la historia personal. No se puede pretender constituir una teoría de la historia que no dé cuenta de su propia historia. Más que una contradicción dialéctica, sería una una inconsistencia lógica. Porque somos el resultado de un proceso previo, colectivo, social y también familiar y personal, del que forma parte la violencia para reproducir el orden social y someter a los que se rebelen contra él. Ninguna forma del capitalismo ha funcionado sin esa violencia.
  • Solamente un análisis sesgado en un sentido economicista no quiere ver esto en El Capital. Convierte a Marx en un teorizante del factor económico de la historia. Y Marx es mucho más que eso. El marxismo no es una teoría factorial, sino una mirada del orden social como un conjunto de relaciones sociales articuladas y estructuradas históricamente. Relaciones sociales, no una sumatoria de factores. El corazón de El Capital late al ritmo de la lucha de clases. Por eso es más un teórico de la explotación, de la dominación y del poder.
  • Tras la derrota de mayo del 68, gran parte de los intelectuales de izquierda se plegaron a las posiciones que acabaron en el posmodernismo, pero su derrota no es la derrota del marxismo. Los derrotados posmodernos no se plantean como realizable otra sociedad, y aceptan la existente como la mejor posible. Inmersos como estamos en la posmodernidad, se acomodan e instalan en ella. El débil pensamiento posmoderno, mudable, con vínculos efímeros, amores liquidos, identidades políticas muy laxas, los ha seducido, y convierten lo que es en lo que debe ser.
  • Otros, como el autor, sentimos una gran incomodidad hacia el mundo en que vivimos. Fichte decía que uno elige la filosofía de acuerdo a lo que es. Nosotros elegimos el marxismo.
  • El libro "Nuestro Marx" se estructura en tres partes:
  • La primera parte es una introducción, que tiene que ver con el momento en que vivimos. Discusión con las familias post. Posmoralismo, posestructuralismo, posmarxismo, multiculturalismo, pragmatismo, parten de un hecho puntual y lo transforman en absoluto. Las metafísicas funcionan así. Así se construye un falso universal, al margen del tiempo y del espacio, de la historia. Hay demasiado paralelismo entre el auge de la economía neoclásica neoliberal y el pensamiento posmoderno en arte y filosofía como para pensar en hechos independientes, y es que las partes de un sistema se articulan entre sí.
  • No somos nostálgicos. Buscamos en Marx lo actual, lo contemporáneo, lo que sirva para las luchas de nuestra época. No queremos reconstruir ningún muro. Partimos de las luchas del tercer mundo, considerando siempre que hay un tercer mundo dentro del primer mundo, como hay un primer mundo dentro del tercer mundo. Pero la dependencia existe, y se ha multiplicado. Aceptando el término, esas son nuestras luchas.
  • Siguen dos grandes partes más, la primera de crítica, la segunda propositiva.
  • En la parte crítica, se denuncian los usos ilegítimos de Marx. En esencia se hacen cuatro críticas:
  • al marxismo economicista, del llamado factor económico.
  • al llamado materialismo dialéctico, desde el marxismo de la filosofía de la praxis. Que no es lo mismo, aunque la filosofía de la praxis sea materialista y dialéctica.
  • al marxismo reformista e institucionalista, que propone cambiar la sociedad sin que nadie se enoje, sin confrontación, sin lucha por la revolución y el poder, y que es, como mínimo, muy ingenuo.
  • y al marxismo eurocéntrico, presente inicialmente en el propio Marx, y cuyas limitaciones fué superando a lo largo de su vida, descentrándose cada vez más.
  • En la parte propositiva se consideran algunas hipótesis centrales: 
  • Como núcleo de la teoría de la explotación, de la dominación y del poder, el papel de la violencia en la historia.
  • Como núcleo central de la teoría del valor, la teoría crítica del fetichismo.
  • Tesis centrales
  • La teoría del fetichismo da cuenta de la dimensión cualitativa de la teoría del valor. Se hace una pregunta que no se hizo la economía política clásica. No sólo cuanto valen las mercancias sino por qué valen, por qué el trabajo humano genera valor, y la respuesta está en la noción de trabajo abstracto, clave en la obra de Marx. Es aquel tipo de sociabilidad de la actividad humana que se socializa a través del intercambio, post festum, de manera irracional no controlada, despilfarrando trabajo social global. La solución contra el fetichismo no es explicar mejor la teoría, la solucion es la revolución. Esa es la solución politica de Marx. 
  • Para demostrarlo apela a la lógica dialéctica, parte de una identidad contradictoria que es la mercancía que va desplegando sus contradicciones en la historia y en las distintas formas del valor hasta crear la forma dinero. En la forma dinero, la forma equivalencial, se transmuta en sujeto de la historia, se transforma en capital. El capital es un proceso en movimiento, es una sustancia en proceso. El capital es sujeto. La lógica dialectica a que apela Marx para explicar el fetichismo como corazón de la sociedad y el mercado capitalistas describe al capital como sujeto, y la gran apuesta polítca es que el otro sujeto contendiente, la fuerza de trabajo, se rebele contra el capital. Esa sería la síntesis.
  • Hace una llamada, una conclusión: estudiar El Capital, no tenerle miedo. Mejor leerlo colectivamente, sumarse a la resistencia. 
  • La alternativa de vida, la transgresión, no está en el mundo de la droga, no está en la autoayuda, La verdadera transgresión está en la revolución.
  • El marxismo es también una filosofía de vida, además de una concepción materialista de la historia, una filosofía de la praxis, una teoría política de la hegemonía y de la revolución, una teoría crítica de la sociedad capitalista, es también es una filosofía de vida, muy superior a las filosofías de la autoayuda. Además del método dialéctico, etc., tiene normas de conducta práctica que permiten establecer vínculos humanos mucho más interesantes que los que nos propone el capitalismo.
  • Y concluye:
« He escrito una aportación a la resistencia contra el capitalismo, el imperialismo y a favor de un proyecto revolucionario »



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