martes, 29 de noviembre de 2011

Un panorama bien actual

Juzgad si el análisis resulta muy moderno o si la situación es demasiado antigua. Lo reproduzco del artículo de Stathis Kouvelakis "Grecia: golpe de Estado europeo frente a un levantamiento popular" (aquí el original).

1839

...con este nuevo primer ministro quienes gobiernan el país de forma casi directa son los medios financieros europeos y de forma secundaria los griegos, así como los países del directorio de la Unión Europea (UE), sin tener en cuenta mandato popular alguno en lo que se puede considerar el primer “golpe de Estado blando” concebido y establecido por esta misma UE y los banqueros cuyo apoderado es ésta. Así, encuentran una nueva juventud las formulaciones de Marx a propósito de la monarquía de julio según la cual esta última es el “reino de sólo una fracción de la burguesía, la aristocracia financiera” y todo el régimen una “sociedad por acciones para la explotación de la riqueza nacional[1]. Salvo que esta aristocracia financiera es actualmente esencialmente multinacional y ante todo europea, ya que los especuladores y aprovechados de hoy ocupan un puesto en los consejos de administración de los bancos (e instituciones financieras) alemanas, francesas y del BCE [2].
Atención a estas notas:
[1] Marx añadía lo siguiente, que suena extrañamente actual: el endeudamiento del Estado tenía un interés directo para la fracción de la burguesía que reinaba y legislaba por medio de las Cámaras. De hecho, el déficit del Estado era el objeto mismo de su especulación y la fuente principal de su enriquecimiento. Al final de cada año, nuevo déficit. Al cabo de cuatro o cinco años, nuevo préstamo. Y cada nuevo préstamo ofrecía a la aristocracia financiera una nueva ocasión de estafar al Estado el cual, mantenido artificialmente al borde de la bancarrota, estaba obligado a negociar con sus banqueros en las condiciones más desfavorables”, Karl Marx, Les luttes de classes en France, “Folio”, Gallimard, 2002, p. 11-12.
[2] Según los datos disponibles, que se refieren a 300.000 millones de un total de 360.000 millones de la deuda soberana del país, 146.000 millones, es decir, casi la mitad, pertenecen a los bancos e instituciones financieras de la UE, a los que se añaden 42.000 millones que poseen el FMI; y los bancos fuera de la UE poseen el resto, esto es, una tercera parte de la deuda total, cuya asignación se sabe que la poseen unos banco y otras instituciones griegas. Cf. Research on Money and Finance, Breaking Up? A Route Out of the Eurozone Crisis, noviembre de 2011, p.71. Documento disponible en
Para completar el panorama, voy a reproducir el párrafo completo. Juzgad si procede de hace más de 160 años o de alguno de los foros de indignados de Internet. ¿La monarquía citada es realmente la de de Luis Felipe?
A mayor abundamiento, el incremento de la deuda pública interesaba directamente a la fracción burguesa que gobernaba y legislaba a través de las Cámaras. El déficit del Estado era precisamente el verdadero objeto de sus especulaciones y la fuente principal de su enriquecimiento. Cada año, un nuevo déficit. Cada cuatro o cinco años, un nuevo empréstito. Y cada nuevo empréstito brindaba a la aristocracia financiera una nueva ocasión de estafar a un Estado mantenido artificialmente al borde de la bancarrota; éste no tenía más remedio que contratar con los banqueros en las condiciones más desfavorables. Cada nuevo empréstito daba una nueva ocasión para saquear al público que colocaba sus capitales en valores del Estado, mediante operaciones de Bolsa en cuyos secretos estaban iniciados el Gobierno y la mayoría de la Cámara. En general, la inestabilidad del crédito del Estado y la posesión de los secretos de éste daban a los banqueros y a sus asociados en las Cámaras y en el trono la posibilidad de provocar oscilaciones extraordinarias y súbitas en la cotización de los valores del Estado, cuyo resultado tenía que ser siempre, necesariamente, la ruina de una masa de pequeños capitalistas y el enriquecimiento fabulosamente rápido de los grandes especuladores. Y si el déficit del Estado respondía al interés directo de la fracción burguesa dominante, se explica por qué los gastos públicas extraordinarios hechos en los últimos años del reinado de Luis Felipe ascendieron a mucho más del doble de los gastos públicos extraordinarios hechos bajo Napoleón, habiendo alcanzado casi la suma anual de 400.000.000 de francos, mientras que la suma total de la exportación anual de Francia, por término medio, rara vez se remontaba a 750.000.000. Las enormes sumas que pasaban así por las manos del Estado daban, además, ocasión para contratos de suministro, que eran otras tantas estafas, para sobornos, malversaciones y granujadas de todo género. La estafa al Estado en gran escala, tal como se practicaba por medio de los empréstitos, se repetía al por menor en las obras públicas. Y lo que ocurría entre la Cámara y el Gobierno se reproducía hasta el infinito en las relaciones entre los múltiples organismos de la Administración y los distintos empresarios.

1882

sábado, 26 de noviembre de 2011

El pensamiento Bella durmiente

Bernardo Pérez Andreo, en un artículo de este título publicado en Rebelión, señala:
...que el futuro nuevo presidente pida un poco de paciencia a los mercados es el indicativo más claro de que no tiene ni pajorera idea de lo que se lleva entre manos.
Y añade:
Si la forma de pensar del anterior presidente fue justamente calificada como "pensamiento Alicia", la del actual va a necesitar algún que otro calificativo, quizás "pensamiento Bella durmiente", a la espera del beso que lo despierte del mal sueño eterno en el que el engaño de la malvada madrastra lo ha sumergido, eso sí, con un buen habano en la mano.
La clave de bóveda que explica la situación es esta: 
Pensar que los mercados actúan con justicia y equidad, que sólo castigan a los que hacen bien su trabajo, que especulan contra los que no cumplen con la verdad económica del modelo capitalista, es lo mismo que pensar que en medio de un naufragio los tiburones no devorarán a las personas con un comportamiento moralmente bueno y sí a los perversos. Los mercados seguirán especulando mientras haya oportunidad de negocio y la oportunidad está servida desde el momento que la Unión Europea lo permite. A los mercados, es decir, a los fondos de inversión como los de Goldman Sachs, les importa un pimiento que España cumpla o no con las medidas de austeridad. Les da exactamente igual que el déficit suba o baje, lo que les importa es la posibilidad de especular contra la deuda, y eso lo harán en tanto no cambie el marco de organización del euro. Los picos de sierra de la prima de riesgo de la deuda española así lo demuestran. Si vendo deuda cuando está barata sube la prima de riesgo, y lo hago hasta que el BCE empieza a comprar deuda tirando de ella a la baja, en ese momento compro para volver a vender al día siguiente. Vendo caro y compro barato, especulo y gano mucho dinero, ese es el pensamiento de los famosos mercados y nada más. No son racionales, como piensa el actual presidente del gobierno, si lo fueran dejarían la especulación, puesto que hay un gobierno de los suyos. Pero los mercados no tienen amigos ni enemigos, sino intereses y serán capaces de hundir a este gobierno si eso les reporta más beneficio que dejarlo en su puesto.

¡No me digas...!        (mueveme.info)

jueves, 24 de noviembre de 2011

Crecer o decrecer: That Is The Question

Largo, documentado, razonado e ilustrado artículo de Pedro Prieto en Tlaxcala. Debe analizarse completo. Reproduzco parte del artículo. Tiene más razón que un santo.

Pero no creo que los economistas de izquierda aludidos en él desconozcan estas realidades. Más bien adoptan un discurso-puente hacia propuestas concretas y prácticas (como las que propone Izquierda Unida) que permitan saltar desde la economía actual hacia otra. Sin que esta nueva etapa sea estable y eterna.

Porque una escalera con peldaños de tres metros de altura desanima mucho. Lo deseable sería poder contar con una masa de gente dispuesta al gran salto. Preparémosla con saltos menores pero bien dirigidos contra el gran causante. Una democracia económica, aún lejana, se plantearía necesariamente el problema en otros términos. Pero el decrecimiento en manos de los que siguen creciendo porque "está en su naturaleza" sería un sarcasmo, que los pueblos no pueden aceptar.

Yo creo que este es el decrecimiento que ya está en marcha por parte de los poderosos: eliminar a los sobrantes "por abajo" para seguir en su opulencia "por arriba".

Sólo una lucha (de clases, naturalmente) del "99 %" será el motor de los cambios. En un sistema que no atienda al beneficio sino a las verdaderas necesidades, será mucho más sencillo definir racional y colectivamente cúales son estas.

Sigue mi selección de lo que plantea Pedro, bien crudamente, por cierto.



Es muy habitual que los economistas –y no sólo los denominados neoclásicos– asuman, supongan o crean que la economía mundial se mueve con dinero en vez de con energía, lo cual hace que algunos científicos consideren que han perdido el contacto con la realidad.
 
Si la energía de que dispongo es exclusivamente la que tenía el homo sapiens-sapiens, es decir, la que podía ingresar de la ingesta de alimentos, mi capacidad de transformación de la Naturaleza y de creación de bienes y prestación de servicios se reduce a la de mi aparato musculoesquelético, es decir, a la de una máquina de apenas unos 100 vatios de potencia.
 
Si además utilizo la energía exosomática del fuego, podré realizar transformaciones algo mayores y aumentar la actividad. Si sobre ella añado la domesticación de animales puestos a mi servicio y la obtención de alimentos de forma más fácil mediante el cultivo, alcanzaré mayor capacidad de transformación de la Naturaleza en lo tocante a la producción de bienes o prestación de servicios.
 
Hoy consumimos unas 20 veces más energía que a principios del siglo XX. La población humana se ha multiplicado desde entonces por un factor algo superior a 6, lo cual quiere decir que los 7.000 millones de seres humanos actuales consumimos, en promedio, unas 3 veces más energía per cápita que el ser humano de principios del siglo XX.
 
Esta ingente capacidad de movilización humana es posible porque el 82% de la energía se extrae de fuentes no renovables de la tercera dimensión, de la litosfera. No es por factores monetarios o financieros. Se trata de fuentes de energía que están sujetas al agotamiento. Incluso la parte correspondiente al 10% de la energía primaria mundial, que proviene de la biomasa y se supone renovable, tiene también un elevado porcentaje de agotamiento y no renovabilidad, porque se explota a mayor ritmo que el de reposición natural. Por ejemplo, si un bosque se poda a una velocidad inferior a la del crecimiento de sus ramas, el recurso es renovable; si en cambio se expolia a una velocidad superior, el bosque desaparece y deja de ser un recurso renovable. Podría decirse que es cosa de Perogrullo, pero algunos economistas no parecen entenderlo.
 
Por si fuera poco, las últimas mediciones indican que ese consumo de energía que propicia una transformación tan brutal de los recursos naturales para la obtención de bienes y para la prestación de servicios ya sobrepasa entre un 40 y un 50% lo que se ha dado en llamar la capacidad de carga del planeta; esto es, la capacidad que tiene la biosfera de regenerarse a su ritmo natural de reemplazo para seguir manteniendo la base de recursos vitales que dan vida a este mundo. Por su parte la litosfera, si es que se regenera, lo hace a ritmos geológicos, que quedan fuera de nuestra escala.

¿Qué hacemos con 134.000 millones de planetas Tierra de oro puro?

Algo más sobre deuda es el título de este artículo de Jorge Riechmann en su blog "Tratar de comprender, tratar de ayudar".

Es una nueva llamada de atención a la gente que no entiende las implicaciones de la acumulación indefinida, a pesar de que hace siglos, y tal vez milenios, que se desveló este problema. El relato sobre lo que pidió el inventor del ajedrez por su creación (un grano de trigo por la primera casilla, dos por la segunda, cuatro por la tercera...) es bien antiguo. En este mismo blog recogí una presentación en que se demostraba ampliamente que cualquier acumulación constante conducía a la duplicación, y la duplicación sucesiva a un desarrollo tumoral e insostenible, y que la insostenibilidad aparecería bruscamente y sin previo aviso.

Jorge Riechmann pone otro ejemplo realmente significativo. Y ahora que recuerdo, en un viejo libro de matemáticas del antiguo bachillerato, los ilustres matemáticos Rey Pastor y Puig Adam proponían un ejercicio parecido.

Así que el tema no es nuevo. ¿Por qué entonces esta voluntaria ceguera para no ver el problema? ¿Realmente los avestruces esconden la cabeza en la arena, o este es un invento de la imaginación humana, que sí lo hace?

laposta2007.blogspot.com

Salvar la Tierra, se titulaba dramáticamente el número de junio de 2010 de Investigación y ciencia (la versión española de Scientific American). Pero la cuestión es: o salvar la Tierra, o hacer buenos negocios. Se trata de una disyunción excluyente: ambas propuestas no son viables a la vez.

El desajuste último, el que condena de forma inapelable a este sistema económico –el capitalismo que precisa una expansión constante, aunque se encuentra dentro de una biosfera finita–, es una idea errónea: tratar de vivir dentro de un planeta esférico y limitado como si se tratase de una Tierra plana e ilimitada.

Como si los recursos naturales fuesen infinitos, como si la entropía no existiese, como si los seres humanos fuésemos omnipotentes e inmortales.

Blas de Otero –de quien por fin se han publicardo los poemas póstumos agrupados en Hojas de Madrid, con la galerna– quería escribir “la poesía en los siglos futuros con el pan en medio de la mesa y un avión a Marte todos los miércoles”. No llegó a intuir –como le pasa a la mayor parte de nuestra izquierda— que el esfuerzo por inaugurar la línea aérea a Marte (que no se inaugurará jamás, dicho sea de paso) es una de las causas que impiden que haya pan encima de cada mesa.

Basta hacer números durante diez minutos para saber que esta civilización está condenada. Incluso la devolución de la deuda, el prerrequisito del capitalismo, resulta matemáticamente posible sólo a corto plazo. En un cálculo al que me he referido otras veces (y que recuerda el buen George Monbiot), Heinrich Haussmann mostró que un simple pfennig –un céntimo de marco alemán– invertido al 5% de interés compuesto en el año cero de nuestra era habría sumado en 1990 ¡un volumen de oro equivalente a 134.000 millones de veces el peso del planeta! (Decía el físico Albert Bartlett que “la mayor carencia del ser humano es su incapacidad para entender las implicaciones de la función exponencial”. [1])

Y el capitalismo persigue un valor de producción conmensurable con el reembolso de la deuda… Puro wishful thinking: pero a semejantes disparates se subordinan las políticas y las vidas humanas (así como las no humanas, claro está) bajo la dominación del capital.
Endeudarse para crecer, y crecer para pagar las deudas: así se ligan capitalismo financiarizado y devastación ecológica.

No hay en el planeta Tierra recursos naturales suficientes para pagar la deuda emitida, acumulada, aceptada. Esa montaña de dinero virtual ha de ser denunciada (la banca privada es una de las instituciones que no podemos permitirnos en una sociedad sostenible).

Un sistema socioeconómico que sólo sabe abordar la realidad –las realidades— en términos de rentabilidad y beneficio está condenado. Esto es una obviedad: pero una obviedad sobre la que no podemos insistir demasiado, ya que las mayorías sociales, en nuestros países, siguen sin verla.

Seguir pensando hoy en términos de business as usual más crecimiento del consumo para que tire de la producción; más aumento de la producción para incrementar el consumo; más endeudamiento para crecer más; más crecimiento para pagar la deuda— resulta equivalente a ser niños de 35 años que patalean en el suelo: ¡no es verdad, no puede ser, los Reyes Magos existen, no son los padres!

Pero ya vamos siendo mayorcitos, ¿verdad? ¿Ya se nos puede decir que los Reyes Magos son los padres? ¿Y que el “desarrollo sostenible” basado en un supuesto desacoplamiento (decoupling) entre crecimiento económico e impacto ambiental es, o bien engaño de los poderosos, o bien autoengaño?
_________________________
[1] Se hallarán algunos textos de este profesor de Física de la Universidad de Colorado (Boulder) en su web http://www.jclahr.com/bartlett/. Debo esta cita a Pedro Prieto.

21N: Adorando a un Dios oscuro

El capital financiero castiga a sus devotos partidarios 

Agudas y oportunas observaciones de John Brown.

He destacado ideas a mi entender muy certeras.

Ahora Saturno comerá también PP

Hace falta sufrir de una considerable miopía o de una grave obcecación ideológica para no reconocer que el PP ganó clarísimamente las elecciones del 20 de noviembre de 2011. Sin embargo, no faltó quien afirmase en una lamentable velada -afortunadamente ultraminoritaria- de vudú electoral celebrada en la puerta del Sol que "ganó la abstención". Examinando los datos de participación y los votos recibidos por el PP esa afirmación es matemáticamente inexacta y políticamente insignificante. Ganó el PP. Ganó el PP porque se hundió el PSOE y el PP quedó como el único pilar -aún incólume- del régimen bipartidista surgido de la transición. El PP ha cosechado relativamente pocos votos nuevos (630.000) y sólo ha superado al PSOE porque este ha perdido un poco más de cuatro millones de votos. Todos esto da al PP una holgada mayoría, tan holgada que, incluso si no se hubiese aplicado la ley d'Hondt, el PP habría podido gobernar fácilmente con el apoyo de CiU o de UPyD. Lo importante, sin embargo, es que, de todas formas, el PP podrá contar con el voto del PSOE en todos aquellos aspectos que se consideren "de Estado" o relacionados con la "gobernabilidad", esto es con el mantenimiento del sistema neoliberal y de la unidad de los "hombres y tierras de España". El PP ha ganado un amplísimo espacio en el ámbito de la representación, pero el consenso en torno al neoliberalismo en el arco parlamentario es aún mayor. Cabe destacar dos excepciones: el ascenso de IU y la irrupción de Amaiur como primera fuerza política en Euskadi y tercera fuerza política en Navarra. IU y Amaiur son los dos únicos herederos de las fuerzas políticas que lucharon por una ruptura de la continuidad política del régimen. Son organizaciones capaces de un cierto antagonismo (un desafío social y constitucional) que supera el marco político de la constitución de 1978. Hoy, más aún que ayer se ve confirmado el "no nos representan" del 15M. La disociación entre un régimen enrocado y una sociedad que genera cada vez mayores espacios de disidencia recuerda otros fines de imperio.

Con todo, los resultados del PP han quedado relativizados desde el primer día por los mercados, o mejor dicho, por los distintos agentes del capital financiero. Apenas despertados de la resaca electoral, los dirigentes y los votantes del PP se han visto enfrentados a un aumento de la prima de riesgo acompañado de una importante bajada de la bolsa. A propósito de la prima de riesgo, el País afirma que: "Al cierre, el diferencial entre la rentabilidad exigida a los bonos españoles frente a los alemanes ha aumentado en 22 puntos básicos frente al viernes hasta los 463 con los títulos que vencen en 2021 cotizando por encima del 6,5%". En cuanto a la bolsa, el Ibex cerró la primera jornada tras la victoria de la derecha con una bajada del 3,48%, una de las más importantes del año. Este es tal vez el dato más importante para un balance de estas elecciones: aunque haya ganado ampliamente Mariano Rajoy, el capital financiero parece reaccionar como si hubiesen ganado las izquierdas...

No es de extrañar esta reacción de la bolsa y de los mercados. Ciertamente no es la que esperaban ni la dirección del PP ni sus votantes. La dirección del PP venía suplicando a los mercados una tregua, pensando que los mercados son los aliados naturales de la derecha. No la han obtenido y esto ha sido así porque el mecanismo de la deuda no es un cálculo político táctico o estratégico, sino muy precisamente un sistema automático, un automaton, ciego. Lo que importa dentro de este sistema es que la deuda de un país llegue a pagarse y lo haga al máximo tipo de interés posible. La creación de miedo e incertidumbre determina en modo decisivo los resultados. Importa muy poco que un gobierno sea de derechas o de izquierdas, lo decisivo es que pague y haga pagar a su población. Para ello, los mercados financieros tienen un arma infalible: el monopolio de la calificación de la deuda. Basta con que, a partir de la evolución de cualquier indicador, reduzcan la solvencia de un país deudor para que la prima de riesgo se dispare y la solvencia real de ese país disminuya como resultado del aumento automático de los tipos de interés sobre su deuda. Las profecías de los mercados se autorrealizan, no porque tengan una base científica, sino porque la economía financiera y la economía de la deuda son sistemas donde el cálculo de expectativas y la anticipación de la actuación de los demás actores priman sobre cualquier consideración de otro tipo y los actores más potentes tienen los medios de provocar las reacciones en cadena necesarias. En la economía financiera hoy hegemónica, un fuerte subjetivismo en las apreciaciones se une a un enorme automatismo en las reacciones.

El capitalismo financiero extrae renta a partir de la actividad productiva de la población. De manera tan parasitaria como lo hiciera un señor feudal. El trabajador cognitivo, precario, afectivo, social, que el programa del PP ve como autoempresario conforme al dogma neoliberal, está inmerso en un sistema de producción basado en la cooperación en red y en el acceso a unos comunes productivos que en parte se confunden con las capacidades lingüísticas, intelectuales, sociales y afectivas de la especie. El individuo aislado es un individuo situado en una trama de relaciones sociales de cooperación rica y compleja que el capital no puede controlar desde dentro. El capital no puede ya organizar la cooperación como lo hacía en el marco de la fábrica: es imposible someter al trabajador cognitivo en red a un régimen disciplinario. Su instrumento fundamental de explotación es la deuda. Hoy, el beneficio que obtenía el capital industrial mediante la producción de mercancías se ve sustituido por la renta del capital financiero convertido en títulos de deuda libremente negociables. La sumisión a la deuda financiera es además un instrumento eficacísimo de sumisión tanto de los particulares como de los gobiernos, al constituir, como señala Maurizio Lazzarato un auténtico dispositivo de control del futuro de personas y países. Si a esto se añade la particular situación de indefensión frente a la especulación financiera y sus profecías autorrealizadas de los países más débiles de la zona euro, el comienzo de la nueva legislatura con mayoría del PP no va a resultar menos difícil que el calvario de los últimos meses del gobierno de Zapatero o del políticamente también difunto Georgos Papandreu...

Es comprensible que mucha gente siga apoyando al PP y que, incluso haya visto aumentar su apoyo en las últimas elecciones. Ante una situación de crisis de un sistema social, es frecuente que quienes viven en él regresen a sus principios básicos como si fueran los artículos de un credo religioso y culpen de la crisis a quienes no fueron suficientemente ortodoxos. Como nos explicaba Walter Benjamin, el capitalismo es una religión basada en la deuda hacia un Dios implacable: el capital financiero. Intentamos por todos los medios serle gratos, pero siempre descubrimos que nuestro sacrificio es insuficiente. Ante el pánico que produce la intensificación de la deuda y la culpabilidad que la acompaña sólo vemos una perspectiva de salvación en una cada vez más estricta ortodoxia. Hoy los votantes del PP han buscado la salvación en el fervor religioso y en el vituperio hacia los supuestamente menos ortodoxos. Esto no ha saciado a su Dios: serán necesarios mayores sacrificios. La evidencia de la zozobra del capitalismo financiero -y del capitalismo en general- produce reacciones defensivas desesperadas: los viajeros del Titánic, viendo que el buque se hundía, se agarraban a sus estructuras más sólidas, cuando lo racional hubiera sido buscar botes salvavidas o incluso echarse al agua en busca de una tabla de salvación. Hoy, una mayoría importante de los votantes españoles ha hecho lo mismo.

lunes, 21 de noviembre de 2011

La banda de los ocho

Del artículo de Pepe Escobar "Vuelve la era de los politburós", traducido en Rebelión, extraigo un listado de quienes, según él, constituyen el estado mayor de la Eurozona.

Robert García

En realidad la Eurozona está dirigida por un politburó de ocho miembros.

¡Qué excelente trabajo! Esta Banda de los Ocho no es responsable ante nadie, excepto ante el mítico Zeus y sus relámpagos de marca registrada. En la era de la modernidad líquida, Zeus se hace llamar Dios del Mercado. Lo único que importa a la Banda de los Ocho es lo que quieren los mercados financieros –dirigidos por Dios–; los simples mortales, como los votantes europeos, en el mejor de los casos solo son una molestia. 

Por lo tanto, los gobiernos nacionales de la Eurozona carecen totalmente de significado. Las decisiones son tomadas por una troika formada por el Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Europea (CE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI, ninguno de ellos elegido. 

El politburó de Europa lleva el inocente acrónimo GdF, en francés Groupe de Francfort (Grupo de Frankfurt), establecido el mes pasado. Se reunió al menos cuatro veces durante el reciente festival de la deuda del Grupo de 20 en Cannes, espectacularmente fracasado. Y esta es la lista tecnocrática completa,  incluidos algunos políticos: 
1 y 2: “Merkozy”, esa híbrida polinización cruzada de la canciller alemana Angela “Cruz de Hierro” Merkel y el neonapoleónico presidente francés Nicolas Sarkozy. El robusto Sarkozy puede posar como rey bajo el disfraz, entre otros, de Gran Liberador de Libia; y aunque se refiere a ‘La Merkel’ como ‘La Boche’ (de una forma despectiva francesa, a la manera de la Segunda Guerra Mundial) la parte “Merk” en “Merkozy” es la que muestra los auténticos cojones en la Unión Europea (UE). 

3: La hábil fusión entre Chanel y Wall Street, Christine Lagarde, directora gerente del FMI, quien heredó su puesto del antiguo salvador del capitalismo convertido en autoimplosionado candidato presidencial francés, notorio amante transatlántico de las mujeres, Dominique Strauss-Kahn (DSK). La propia Madame Lagarde es una acreditada experta financiera, como ex presidente de la firma legal internacional Baker and McKenzie. 

4: El ex vicepresidente de Goldman Sachs International, Mario Draghi, ahora presidente del todopoderoso Banco Central Europeo (BCE). El tecnócrata que empujó a Italia al euro, ahora vitoreado por los periodistas financieros como “salvador de Europa”. 

5: El presidente (desde 2004) de la Comisión Europea (CE), Jose Manuel Barroso, esencialmente un burócrata inenarrablemente austero ansioso de poder. 

6: El presidente del Consejo Europeo (desde 2009) Herman van Rompuy, anónimo ex senador belga y primer ministro que se opone vehementemente al ingreso de Turquía en la UE. 

7: El comisionado para Asuntos Económicos y Monetarios europeos (desde 2010), Olli Rehn, de Finlandia, un retraído ex alto burócrata a cargo de la ampliación de la UE. 

8: El presidente del grupo de Ministros de Finanzas Europeos (desde 2005), Jean-Claude Juncker, ex primer ministro de Luxemburgo, descrito por The Economist como “fanático federalista”. 

Prosigue el autor del artículo:

Las elecciones son para debiluchos 

Mucho más allá de la versión de un reality show rabelesiano de baja calidad de los últimos días del Imperio Romano, personificado por el ex primer ministro italiano Silvio "bunga bunga" Berlusconi, y los afanes de formar un gobierno de unidad nacional encabezado por el supertecnócrata, ex comisionado europeo, Mario Monti, a quien los italianos llaman “Super Mario”, existe solo una hoja de ruta en lo que respecta a la UE: implacable “austeridad”, debidamente supervisada por Madame Lagarde y sus acólitos del FMI. 

Super Mario, a propósito, es un hombre ideal para la Banda de los Ocho: ex comisionado de la UE, asesor internacional de Goldman Sachs, presidente europeo de la Comisión Trilateral de David Rockefeller y miembro clave del Grupo Bilderberg. 

Incluso un neoliberal populista como Il Cavaliere –ex niño mimado de la plutocracia global– no pudo encontrar un camino para implementar en Italia la hoja de ruta de austeridad dura impuesta por el BCE, el FMI y los bancos acreedores. Cuando habla el Dios del Mercado –el único oráculo genuino de la modernidad líquida– la realidad se inclina. No sorprende que Van Rompuy haya expresado la semana pasada en Roma estas palabras oraculares: “El país necesita reformas, no elecciones”. 

Nadie tiene que abrir a la fuerza los pasillos de Bruselas o sentarse con algún funcionario a comer bife con papas fritas y tomar vino de Burdeos para saber cuánto odia la UE a la democracia. Por ejemplo, nadie sabe cómo vota el consejo gobernante (no elegido) del todopoderoso BCE, porque todo lo que hace es secreto. 

El neoliberalismo de la línea dura, como lo impone la Banda de los Ocho, es como un tratamiento de la Mafia: primero te dan en las rodillas, amputando los derechos sociales. Después le toca a tu garganta, amputando los derechos políticos. Al “ganado” que cargará el lastre de la austeridad interminable –los votantes europeos– no les queda mucho excepto alguna huelga general o gritar a pleno pulmón por las calles. 

No importa mucho que los “fundamentos” de Italia sean excelentes, incluidos los altos niveles de ahorros privados, baja deuda privada, sistema bancario estable y un superávit comercial en manufactura. 

Del griego al latín, el problema con Grecia e Italia no tiene nada que ver con la supuesta periferia disfuncional de la UE. Lo que pasa tiene que ver con los excesos del capitalismo de casino, el capital financiero operando en una desregulación total. De ahí la preeminencia de ese personaje brillante/sombrío –el tecnócrata de la modernidad líquida– reacio a la democracia pero suficientemente legítimo para exigir represión popular, todo en nombre de satisfacer al Todopoderoso Dios financiero. 

No existe ninguna diferencia (política) entre la realización de cambio de régimen con bombardeos “humanitarios” o mediante los relámpagos del Dios del Mercado. 

En cuanto al cortafuegos necesario que “salvaría” a Italia de su deuda –más de 1,9 billones (millones de millones) de euros– es un enorme billón de euros. No se hará, sobre todo porque el Todopoderoso Emperador Hu (Jintao) ha desairado esta última invención de los bárbaros occidentales. El Emperador Hu ciertamente sabía antes de los hechos que el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) se revelaría como un timo monumental, mientras el FEEF compraba cientos de millones de euros de sus propios bonos. No necesita ser Nouriel Roubini para apostar a que el euro puede estar en camino a descomponerse. 

"Merkozy" –responsable de un 48% del producto interno bruto de la Eurozona– y la Banda de los Ocho son ahora practicantes de primera clase del poder neocolonial. Lo que busca realmente la Banda de los Ocho es esencialmente una UE del hombre rico, como revela una historia casi apocalíptica de Reuters. Hay que prepararse porque desde ahora el euro no unificará Europa; encabezará su balcanización.