lunes, 21 de marzo de 2011

Sobre Fukushima

Algunas notas sobre el accidente nuclear:















¿Qué podría conllevar el accidente nuclear en Japón?
Carlos Bravo, el 12 de marzo
Greenpeace.org
Catorce centrales nucleares situadas en la costa noreste de Honsu, la isla principal de Japón, están cerradas...

Al iniciarse el terremoto, esas centrales nucleares fueron llevadas a situación de parada. Pero, y este es uno de los inconvenientes de una tecnología tan peligrosa como la nuclear, el riesgo de sufrir un accidente no acaba ahí,Aún en situación de parada, es necesario seguir refrigerando el núcleo del reactor, el combustible nuclear, durante muchas horas, para evitar un accidente nuclear.
Puesto que incluso con la central parada, el combustible nuclear sigue activo, sigue habiendo reacciones nucleares que, además de radiactividad, generan mucho calor. 
Los sistemas de refrigeración de emergencia del núcleo del reactor funcionan con electricidad. Pero el terremoto afectó al suministro eléctrico externo de las centrales de Fukushima-1 y 2 (al menos, de estas dos), dejando a éstas sin aporte eléctrico, lo que se llama en la jerga nuclear un station black-out. En ese caso, tendrían que haber entrado en funcionamiento inmediatamente los generadores diesel de emergencia de la central. Pero estos, quizá por efecto del terremoto, no funcionaron. Entonces, empezó la cuenta atrás.

El combustible nuclear, sin ser refrigerado activamente, empezó a sobrecalentarse. El agua en el interior de la vasija del reactor empezó a evaporarse, el vapor a aumentar la presión del interior de la vasija, el combustible a quedarse al descubierto, sin agua que lo enfriase. Es el principio de un LOCA (Loss of Coolant Accident), el accidente por pérdida de refrigerante, el peor que se puede dar en una central nuclear. De esos que, según la industria nuclear, nunca pueden ocurrir.

Las primeras horas son críticas, si no se actúa se puede llegar a una situación de fusión del núcleo (cuando las varillas metálicas que encierran las pastillas de combustible de uranio se derriten, funden y se mezcla todo con el altamente radiactivo combustible nuclear) y entonces se liberan en gran cantidad los isótopos radiactivos que hay en el combustible. Fukushima-1 es un reactor como el de Garoña (Burgos), con un pésimo sistema de contención.

Ante la ausencia de suministro eléctrico externo queda algún sistema de mucha menor capacidad que funciona con aporte de baterías propias. Con ello, por ejemplo, tratarían de usar el agua del condensador para refrigerar el núcleo, para ganar algo de tiempo, mientras esperaban generadores diesel que iban a traer los militares norteamericanos. Pero esa maniobra tiene un efecto muy limitado y no logró revertir la situación. Las horas pasaban y el combustible nuclear se estaba quedando al descubierto, al menos parcialmente, sin agua a su alrededor: la temida fusión del núcleo.

Al aumentar la temperatura, se incrementaba la presión en el interior de la vasija. Así los responsables de la central y, se supone, las autoridades niponas, decidieron abrir las válvulas de alivio y soltar vapor radiactivo al la atmósfera exterior para rebajar la presión, con idea de evitar un desastre mayor. De estos hechos ya no cabe duda. Hasta el Consejo de Seguridad Nuclear español (CSN) ha reconocido hoy que en la central nuclear de Fukushima-1 se forzó deliberadamente el escape a la atmósfera de gases contaminados radiactivamente procedentes del reactor. Los niveles de radiación en la zona se han elevado, según fuentes, entre 300 y 1.000 veces por encima de lo permitido. Hubo que ordenar evacuar a la población, 45.000 personas.

Evidentemente, cualquier cantidad de radiación que se libere a la atmósfera pone en riesgo la salud de las personas de la zona, la salud pública y el medio ambiente. Lo que ya está claro es que en Fukushima-1 han fallado claramente las medidas de protección física diseñadas para aislar la radiactividad del medio ambiente.

Además, una explosión en la mañana del sábado (hora española) en la central parece haber dañado seriamente la estructura de la contención secundaria y hay informaciones contradictorias sobre si alguna parte de la estructura se ha derrumbado.
La situación del reactor es crítica y aún no está controlada, a la hora de escribir estas líneas. La magnitud final del escape radiactivo dependerá, por supuesto, de que se pueda estabilizar el reactor, y se pueda refrigerar el núcleo. En estos momentos, parece ya claro que el accidente podría ser ya de la gravedad del que ocurrió en Three Mile Island (EE.UU.) en 1979, el segundo más grave en la historia de la industria nuclear, sólo después de la catástrofe de Chernobyl.

A pesar de todas las incertidumbres causadas por la falta de información, causada en parte por el lógico caos que vive el país pero también por el secretismo nuclear de las autoridades, nos enfrentamos a un escenario en el que podría ocurrir una liberación ingente de radiactividad del reactor Fukushima-1.

De momento, no se puede descartar que la situación pueda avanzar hacia una fusión total del núcleo de la central, como se dio en Chernobyl. Todo este proceso podría ir muy rápido o tardar varios días, dependiendo del estado del sistema de refrigeración. Las consecuencias de tal accidente sería tremendas, como ya se comprobó en el de Chernobyl.

De hecho, según parece el Gobierno japonés está ampliando la zona de evacuación hasta un diámetro de 40 kms. alrededor del complejo nuclear Fukushima Daiichi (donde está el reactor Fukushima-1 y otros 5 más), así como ha establecido una zona de exclusión de 20 km alrededor de la instalación Fukushima-Daini (con 4 reactores). Esto indica que hay una amenaza inmediata no sólo entorno al reactor Fukushima-1, sino que la situación no está del todo bajo control en los demás reactores y que podrían llegar a darse más accidentes allí también. 
La incertidumbre sobre lo que está ocurriendo en las centrales nucleares de Japón impone cierta prudencia a la hora de plantearse escenarios futuros. Sin embargo, una conclusión es clara: los reactores nucleares son intrínsecamente peligrosos.
La industria nuclear nos dice que accidentes como este no pueden pasar con reactores modernos, pero hoy Japón está en medio de una crisis de consecuencias potencialmente devastadoras por culpa de la energía nuclear.

Las energías limpias de verdad, las renovables, no crean problemas de seguridad nacional. Y en caso de desastres naturales no añaden un problema más a una población ya fuertemente afectada por la fuerza de la naturaleza. La nuclear no se puede incluir, como muchos pretenden, en un modelo energético limpio, seguro y sostenible.

Infraestructuras críticas y prevención de riesgos - Aprendiendo de Fukushima
Xavier Rivas, 15 de marzo

Muestra su alarma el autor de la nota por algunas cuestiones, que enumero sin más:
Viendo la fotografía aérea de la central, con el atrevimiento que da la ignorancia, y con el evidente desprecio a los costes que debe presidir la prevención de un riesgo tan grave como el nuclear, me atrevo a plantear las siguientes cuestiones:
1. La propia foto aérea de la central
Me extraña que la zona no aparezca pixelada en Google Maps.... ...se supone que los gobiernos deberían preocuparse de que... (se) ...oculten este tipo de instalaciones...
2. El número de reactores
...parece excesiva la concentración de reactores en tan poco espacio.
3. La alineación de los reactores
...resulta raro ver una alineación de los reactores de forma paralela a la costa...
4.  La ausencia de defensas
...total desamparo frente a las inclemencias del mar.
5. La paradoja de una planta generadora de electricidad que se queda sin electricidad
...que una central destinada a generar electricidad pueda quedarse sin la energía que ella misma genera...
6. Baterías insuficientes y enchufes no normalizados
...las baterías que debían alimentar las bombas de refrigeración tenían una duración máxima de 8 horas y cuando se agotaron se recurrió a generadores móviles, que inicialmente no pudieron ser conectados porque los conectores eran diferentes a los de las bombas de refrigeración.
7. Ausencia de generadores eléctricos subterráneos
...si hubiesen estado protegidos en un búnker subterráneo... ...hermético... ...no habrían sufrido un impacto directo de la ola.
8. Desprotección de las instalaciones críticas para la seguridad de la central
...¿De qué sirve que el reactor esté protegido por una cúpula capaz de resistir el impacto directo de un misil si el circuito de refrigeración, los generadores que permiten su funcionamiento y los restantes elementos de seguridad tienen un nivel de protección inferior?. ... 
La enseñanza de este accidente, aplicable a la prevención de cualquier tipo de riesgo, está ya definida en la llamada ley de Murphy, y consiste en asumir que, ante una lista de posibles fatalidades, existe la opción de que todas ellas tengan lugar de forma coetánea o secuencial.
En un diseño de defensa en profundidad como el de Fukushima, las amenazas superaron una sucesión de bastiones y líneas de defensa que parecían insuperables en su conjunto:
  1. La seguridad de la central de Fukushima fue diseñada para aguantar un terremoto de una potencia 8,2 y el terremoto fue de 8,9.
  2. Ante el terremoto, se produjo la parada de emergencia de los reactores y las turbinas dejaron de producir electricidad.
  3. El circuito de refigeración dejó de recibir suministro eléctrico.
  4. Se pusieron en marcha los generadores diésel externos.
  5. Entonces vino el tsunami y averió los generadores externos.
  6. La última línea de defensa eran las baterías, que funcionaron ocho horas antes de agotarse.
  7. Entonces se recurrió a los generadores móviles, cuyos conectores no coincidían con los de las bombas de refrigeración.
  8. Cuando se consiguió recuperar el circuito de refrigeración, había pasado un tiempo precioso.
Todas las líneas defensivas fueron superadas por una cadena de fenómenos naturales previsibles, pero con una magnitud y una sucesión en el tiempo que resultaron letales. Si ante acciones de la naturaleza, y por lo tanto no provocadas intencionadamente por el hombre, el efecto es tan devastador, la pregunta inmediata es: ¿qué sucedería ante un ataque intencionado que tuviese en cuenta todas estas vulnerabilidades, algunas de ellas apreciables a través de Google Maps?

Yuli Andreyev, ex-vicedirector del "Spetsatom" (organismo soviético de lucha contra accidentes nucleares).
17 de marzo
La Vanguardia
Quienes diseñan centrales nucleares están pendientes de dos cosas: seguridad y coste. El problema es que la seguridad cuesta dinero. Si gastas demasiado en ella la central nuclear no es competitiva.  El accidente de Three Mile Island es el ejemplo perfecto. Después del accidente se vio que mejorar la seguridad de forma convincente para evitar repeticiones de aquel accidente encarecía tanto las centrales, que perdían todo sentido. Durante treinta años en Estados Unidos no se construyó ni un solo reactor. En Chernobyl todo fue muy complicado pero también tenía que ver con la economía. El académico Rumiantsev demostró que había que cerrar todos los reactores RMBK. Simplemente lo ignoraron. Siempre hay gente interesada en ocultar algo...

(...)

En ausencia de información, debemos manejar hipótesis. Yo tengo cuatro. 
  • Primera, si se enfría el reactor: entonces la radiación cesaría pronto. 
  • Segunda, si no se logra enfriar debidamente el reactor y sigue como hasta ahora: entonces las emisiones, aunque no sean muy potentes, seguirán durante semanas. 
  • Tercera, si se funde el combustible nuclear y daña la carcasa del reactor: se producirían emisiones en serie, lo cual es bastante grave pero no sería lo peor. 
  • Eso nos lleva a la Cuarta, y más catastrófica, es decir, si el combustible se precipita hasta el fondo y adquiere masa critica: entonces se iniciaría una reacción en cadena incontrolada, es decir una explosión. 
En ese caso la contaminación sería muy grave. Desde este punto de vista, el peor reactor es el tercero, porque emplea MOX, combustible de uranio más plutonio, que Francia está usando experimentalmente en dos centrales nucleares de Japón.

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