lunes, 28 de marzo de 2011

Los Verdes son el motor de la ola neoconservadora

No es verde todo lo que reluce, se podría decir.

Los Verdes alemanes (y algunos otros) se presentan como alternativa política frente a los partidos tradicionales, La derechización de los partidos socialdemócratas europeos y su connivencia con el capital depredador lleva a muchos a pensar en una alternativa verde.

Vicente Romano da un repaso a su Realpolitik en esta reseña del último libro de Jutta Ditfurth.

Píntamelo de verde...
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     ...excelente análisis, realizado por una persona que conoce el tema de primera mano, resulta esclarecedor no sólo para conocer la pretendida alternativa de Los Verdes alemanes. También se puede aprender de ellos ahora que se anuncia un partido semejante en España, publicitado de momento con el nombre de Equo. 

En Alemania, Los Verdes han gozado y gozan de relativos éxitos electorales que los han llevado a gobernar en coalición con el SPD (socialdemocracia), la CDU (derecha) o el FDP (liberales) tanto a nivel federal como regional. En la actualidad las encuestas les dan 16% de intención de voto a nivel federal, porcentaje que superan con creces en algunos de los Länder. Muchos electores y electoras abrigan todavía la esperanza de que Los Verdes son un partido de izquierda, la alternativa progresista a la dominante ola neoconservadora.

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Cierto, en sus inicios, antes de convertirse en partido político al uso y ejercer el gobierno, Los Verdes se oponían al monopolio de la violencia estatal, a la guerra, participaban en las manifestaciones contra las centrales nucleares, defendían la objeción militar, etc. Pero sus electores no podían imaginarse que Los Verdes abandonasen tan pronto sus principios, y se convirtieran en un partido como los demás, adaptándose perfectamente al sistema vigente. La supuesta fortaleza de Los Verdes, dice Jutta Ditfurth, parece transformarse en su opuesto en cuanto llegan al gobierno. 

Mas, aunque se hayan convertido en un partido como los demás, sí se dan más habilidad para presentarse como algo que no son. En realidad están tan encadenados a los intereses del capital y a la conservación del poder como el resto de partidos burgueses. No es de extrañar, por tanto, que sus medios de comunicación flirteen con Los Verdes, que hasta cierto punto se sientan fascinados por ellos. La aburrida burguesía se siente seducida por el hecho casi romántico de que un “Joschka” Fischer, antiguo taxista y radical verde llegue a Ministro de Asuntos Exteriores. De que Otto Schily, otrora abogado de terroristas y diputado verde se convierta en Ministro de Seguridad con el SPD y de que Jürgen Trittin, en su día miembro de la Liga Comunista, ejerza de Ministro de Medioambiente.

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No hay que romperse la cabeza para adivinar lo que harán los verdes cuando lleguen al Gobierno. Tan sólo hay que observar lo que han hecho cuando han participado en él. Nada de extrañar, pues, que los medios de la burguesía los traten tan bien, les den tanto espacio y les estén tan agradecidos. Los Verdes dominan como nadie el arte de la traición. Ningún otro partido alemán sabe debilitar y dividir como ellos la resistencia.

Veamos algunos ejemplos. 

Transporte de residuos y centrales nucleares.

      ...evolución desde la oposición radical en la década de los 70 hasta la aprobación en la Agenda 2010. Así, cuando y donde han estado o están en el gobierno federal o regional se han manifestado en contra o a favor del transporte y han defendido o rechazado las manifestaciones antinucleares...

Los Verdes y la guerra

En su día, Los Verdes también eran contrarios a la participación del ejército alemán en los conflictos internacionales. Pero, una vez en el poder, el Gobierno rojiverde (1998-205) aprobó la intervención de Alemania en la guerra contra Yugoslavia. A partir de entonces, Los Verdes se convirtieron en un partido guerrero procapitalista. Los “Realos”, como así se denominaban, sabían muy bien que jamás podrían llegar al gobierno si no aceptaban el capitalismo y la OTAN. 

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En la fracción verde nadie pide ya la salida de la OTAN, En la agenda de Los Verdes no figura la disolución de este pacto agresivo, sino su extensión hacia el Este, esto es, la inclusión de Rusia y los estados de la antigua Unión Soviética. El Atlántico Norte abarca ahora desde Vancouver a Vladivostok.

Los voceros de este orden social justifican sus acciones bélicas en aras de la democracia, de la igualdad , del humanitarismo, etc. Pero los derechos humanos incluyen también la igualdad social. Y ésta, afirma Jutta Ditfurth, sólo puede lograrse con la supresión de la explotación y del beneficio privado, esto es, la eliminación del orden económico capitalista global. Y ningún verde está dispuesto a pagar ese precio, puesto que, como buenos burgueses, hace tiempo que también ellos se benefician de este sistema. 

Los Verdes y el capital

En la década de 1980, muchos verdes eran partidarios de la igualdad. Reconocían que ésta es la base de la seguridad, la libertad y la felicidad de los seres humanos. Se oponían al capitalismo. Todavía no lo edulcoraban como “economía social de mercado” y exigían la autodeterminación de todos. No obstante, los siete años de gobierno rojiverde agudizaron las desigualdades de clases en la sociedad alemana. Dondequiera que han gobernado, Los Verdes han acelerado el proceso de segmentación social y mental. Cierto, hay verdes con pocos ingresos. Pero sus representantes políticos pertenecen al sector acomodado que puede permitirse una alimentación sana, clasifica su basura, envía a sus hijos a colegios privados y vive en zonas residenciales tranquilas y placenteras. Hoy son los portavoces del sector de altos rendimientos, de las autodenominadas elites, académicos, etc. Y eso, aunque muchos de ellos se hallen inmersos en un proceso de proletarización. 

La coalición rojiverde ha incrementado sensiblemente el número de pobres. Socialdemócratas y Verdes han organizado la pobreza de la vejez para millones de personas. Su política socioeconómica ha supuesto un atentado al ya debilitado Estado social. El conglomerado de leyes establecido por la Agenda 2010, Hartz I, II, III y IV encarna el conjunto de reformas del sistema social y del mercado de trabajo alemanes. Desde 1945 Alemania no había vivido semejante agresión contra los parados y los perceptores de ayudas. Este cúmulo de reformas se ve incrementado aún más con el actual Gobierno presidido por Angela Merkel. La pretendida modernización introducida por la Agenda 2010 y disposiciones complementarias ha supuesto el desmantelamiento del Estado social. Y ése es el modelo que se quiere imponer al resto de países europeos.

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Sí, en Alemania Los Verdes han contribuido a ensanchar la brecha entre una minoría de ricos y la inmensa mayoría de pobres. Un partido dispuesto a gobernar a toda costa, ya sea con el SPD, con la CDU y a veces con el FDP, tiene que estar también dispuesto a mantener la ley y el orden, esto es, a proteger la riqueza. 

La crisis económica mundial sólo ha desaparecido para el capital, que se ha beneficiado de todas las reformas del Estado social. Nadie frena el capital que somete al país y al mundo. Porque el capitalismo no atraviesa ninguna crisis, el capitalismo es la crisis.

Adaptación

Los Verdes no han cambiado en nada las estructuras dominantes, sino que se han imbricado en ellas y las han modernizado, las han endurecido y militarizado...

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Pero, claro, Los Verdes y los ecologistas no tienen por qué ser la misma cosa, aunque haya gente que así lo crea. Si la ecología forme parte del patrimonio de la izquierda (M. Sacristán), en Alemania también existe una raíz popular y de derecha. Originariamente, ecología de izquierdas significaba también ir a la raíz de las condiciones de vida y trabajo de los seres humanos. Pero en ninguna industria química han metido su nariz Los Verdes. La pobreza y el desempleo masivos atemorizan a los que disfrutan de un buen puesto de trabajo fijo, Resulta fácil imaginar qué miedo, qué terror sentirán cuando los millones de marginados y excluidos articulen su indignación. Entonces veremos cómo se defienden con uñas y dientes los privilegios y la propiedad.  

La ola neoconservadora

Desde la disolución de la Unión Soviética y la reunificación alemana ha entrado en acción una ola neoconservadora que penetra todos los ámbitos sociales y mentales. Es lo que se denomina con los conceptos de globalización económica y pensamiento único. Los éxitos más destacados de este rodillo han sido la guerra de Yugoslavia y la destrucción de del Estado social, con el concomitante de mayor enriquecimiento de los potentados. Los Verdes, igual que los socialdemócratas, constituyen una parte personal, ideológica y política de este rollback neoconservador. 

¡Rayos verdes!

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